Desde finales de Octubre disfruto de ella. Ahora le hace compañía a la gorda Harley.
La Enfield me lleva todos los día a trabajar. Es una gozada pegarle al pedal de arranque por las mañanas (paso del arranque eléctrico) y oír cómo ronronea en el garaje mientras me calzo casco y guantes.
Es una moto especial, que se parece mucho a sus padres, abuelos y bisabuelos.
De momento le he hecho pocos cambios. Una palanca punta-tacón para las marchas (la herencia Harley ha marcado mucho) y una pequeña pantalla que no rompe la estética de la moto, pero sí rompe parte del viento que recibo en el pecho.
Ya sé que es una moto con pocas prestaciones y bla-bla-bla… pero es un hierro con encanto, para el que lo sabe encontrar. Me gustó mucho el día que la probé (aquí el link de la prueba) y no he sabido contenerme a su magia.
Incluso ya me he hecho mi propia camiseta. 😎
Nos vemos en la carretera!
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